Conciencia Moral

 El artículo de Ana Felicia Celeiro Carbonell se aborda la conciencia moral desde una perspectiva dialéctico-materialista, destacando su carácter dinámico y socialmente condicionado. Según Celeiro, la conciencia moral no es una cualidad innata del ser humano, sino una construcción social que se desarrolla a través de la interacción con el entorno y la educación. Esta conciencia se manifiesta en la capacidad del individuo para distinguir entre el bien y el mal, basándose en las normas y valores que ha internalizado a lo largo de su vida.

La autora enfatiza que la conciencia moral está profundamente influenciada por las condiciones materiales y sociales en las que se encuentra inmerso el individuo. Esto significa que las normas y valores morales no son universales ni atemporales, sino que varían de acuerdo con las circunstancias históricas, económicas y culturales. En este sentido, la conciencia moral refleja las estructuras de poder y las relaciones de producción predominantes en una sociedad determinada.

Celeiro explora cómo la moral dominante en una sociedad suele reflejar los intereses de la clase dominante. Las normas y valores que se consideran "correctos" o "justos" están alineados con los intereses de quienes tienen el poder económico y político. Sin embargo, esta moralidad dominante puede ser cuestionada y transformada a través de la crítica y la lucha social. La conciencia moral, por tanto, no solo es un reflejo pasivo de las condiciones existentes, sino que también puede ser un motor para el cambio social.

La formación de la conciencia moral implica un proceso de internalización de las normas y valores sociales, que se lleva a cabo a través de la socialización. Desde la infancia, los individuos aprenden lo que es considerado moralmente aceptable a través de la familia, la educación formal, los medios de comunicación y otras instituciones sociales. Este proceso de socialización no es uniforme, ya que está mediado por la posición social del individuo, su clase, género, etnia y otras variables que influyen en su experiencia y perspectiva.

Además, Celeiro señala que la conciencia moral no solo regula el comportamiento individual, sino que también desempeña un papel crucial en la cohesión social. Las normas y valores compartidos permiten a los miembros de una sociedad vivir juntos de manera armoniosa y cooperativa. Sin embargo, en sociedades con profundas desigualdades y conflictos de clase, la conciencia moral puede ser un campo de batalla, donde diferentes grupos luchan por imponer su visión de lo que es justo y correcto.

El artículo también discute la relación entre la conciencia moral y la actividad moral. La conciencia moral proporciona la base para la acción ética, guiando las decisiones y comportamientos de los individuos en situaciones concretas. La actividad moral, a su vez, puede reforzar o transformar la conciencia moral, especialmente cuando se enfrenta a dilemas éticos o injusticias sociales que requieren una reflexión crítica y una respuesta activa.

En conclusión, la conciencia moral es un fenómeno complejo y dinámico que refleja las condiciones materiales y sociales de una época. No es un atributo fijo o universal del ser humano, sino una construcción social que evoluciona a través de la historia. Esta perspectiva dialéctico-materialista permite entender mejor cómo se forman y cambian las normas y valores morales, y cómo la conciencia moral puede ser tanto un reflejo de la sociedad como un agente de cambio.

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